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Soy Aitana Del Pozo, estudiante de la carrera  de comunicación audiovisual en UPC y víctima (como la mayoría de mujeres) de situaciones de acoso sexual callejero. Me parece que la sociedad machista en la que vivimos nos está matando, esa es la razón por la que elegí trabajar esta problemática. El acoso callejero es un primer factor que puede desencadenar en  violencia familiar y feminicidio. No existe suficiente respeto y consideración hacia la mujer y eso me indigna demasiado. El propósito de este blog es el de exponer esta problemática ("normal" para muchos) y dar a entender que en realidad necesita ser exterminada con la colaboración de todos los ciuddadanos, por la seguridad y bienestar de todas las mujeres y niñas.

Mi nombre es Paula Tomaiconza , soy alumna de la UPC y actualmente estoy en segundo ciclo estudiando la carrera de comunicación audiovisual y medios interactivos. Considero que el acoso callejero es un problema que debe ser solucionado pronto, puesto que yo sé lo que se siente ser acosada constantemente. Me indigna ver a tantas mujeres que por el miedo deciden callar y dejarlo de lado. Es por esa razón que mi grupo y yo hemos decidido crear este blog, para poder informar acerca de esta realidad actual en el Perú e intentar compartirla usando como herramienta el Internet. Nuestro propósito no es cambiar mentes, es educar mentes, para que de una vez el acoso callejero cese y nosotras como mujeres podamos caminar en paz, sin miedo y con tranquilidad.

Mi nombre es Bruno Ramírez, soy estudiante de la UPC y hermano mellizo de una hermana que ha tenido que lidiar con el acoso callejero. ¿Qué puedo decir? Uno como hermano, y supongo más si la otra persona es como una compañera de vida, siente la problemática de manera distinta: se enoja y preocupa por lo que le pueda pasar a sus familiares, se frustra por no saber responder ante la situación (al menos en los inicios) y uno empieza a pensar que debe ser su “protector”, idea equivocada. Mi opinión: reaccionar es lo más importante, sea cual sea la temática, si alguien se mete contigo es cuando más fuerte debes estar, aunque sepa por experiencia lo incómodo que puede llegar a ser, la vida es muy corta para que alguien te la esté fastidiando. La mayoría de estos acosadores son cobardes, temen ser señalados y no esperan consecuencias por sus actitudes. Por este motivo, pienso que las personas, afectadas o no, deben actuar frente al acoso, demostrarles a todos quienes lo que practican, practicaron o siguen practicando que nos enoja como sociedad.

Por ello, el propósito de la bitácora es informar acerca del problema a través de testimonios, imágenes, soluciones y artículos para hacerlo más visible y evidente a la sociedad. De esta forma, se busca llamar la atención y alarmar acerca de la importancia de luchar contra el acoso callejero.

Mi nombre es Diego Alonso Samalvides Heysen, tengo 18 años y actualmente curso el segundo ciclo de la carrera de Comunicación y Periodismo en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC). En mis tiempos libres me gusta jugar y ver futbol, leer y escribir poesía. La problemática elegida causó en mí un interés desde un primer momento debido a que he observado en los últimos años como ha incrementado el índice de acoso sexual callejero en nuestro país. Por ello, pienso que dicha realidad no puede seguir pasando desapercibida, sino que se debe de realizar campañas que puedan concientizar a la sociedad y de esta forma se pueda transmitir a las autoridades la magnitud del problema para que ellas puedan tomar cartas en el asunto. Asimismo, con la presente bitácora buscamos la concientización de los acosadores y de la sociedad en general para que, unidos como ciudadanos, podamos combatir y contribuir en la erradicación de los distintos actos de acoso que presenciamos día a día. Por otro lado, con la bitácora también buscamos dar a conocer la importancia dicha erradicación del acoso sexual callejero. Puesto que, de esta forma construiríamos una mejor sociedad donde se pueda garantizar la seguridad de las mujeres y no existan barreras entre las distintas formas de vestir, entre otras de las principales limitaciones que las mujeres enfrentan diariamente en el contexto nacional.

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